En el transcurso de un solo año, el concepto de inteligencia artificial (IA) cambió de ser una idea asociada con la ciencia ficción a convertirse en una herramienta cotidiana utilizada por millones de personas. Mientras los expertos señalaban sus riesgos, surgían los primeros intentos globales de regulación.
Las redes sociales se vieron inundadas de imágenes y videos generados por diversas herramientas de IA, junto con capturas de «conversaciones» sobre una variedad de temas. El catalizador de esta revolución tecnológica fue el ChatGPT de OpenAI, presentado en noviembre de 2022, que atrapó la atención de millones en cuestión de días.
La competencia por la IA
En 2023, los gigantes tecnológicos, que durante años habían estado experimentando con esta tecnología, se sumaron a la competencia por convertirse en líderes en IA. Microsoft anunció una inversión masiva en OpenAI, adoptando la tecnología GPT-4 para su propio chatbot, Bing, con la visión de convertirla en un «asistente» integral para todos sus programas y aplicaciones.
Simultáneamente, Google presentó su propio chatbot IA, Bard, y lanzó Gemini, un modelo de IA más potente y «multimodal nativo». Este último podía aprender no solo del texto, sino también de datos de audio, video e imágenes.
Incluso Mark Zuckerberg, el visionario detrás de Meta, la matriz de Facebook, Instagram y WhatsApp, se unió a la competencia por la IA. Meta abogó por una alianza de IA entre diversas empresas para avanzar hacia una IA abierta y gratuita.
Un año donde se puso de prueba a la humanidad
Este año se destacó por poner a prueba las capacidades de la IA, revelando que sus respuestas no siempre son correctas y, en algunos casos, pueden conducir a «alucinaciones». Los problemas legales también surgieron cuando abogados presentaron casos llenos de invenciones de ChatGPT, y escritores denunciaron el «robo» de sus obras por parte de OpenAI y Meta.
La viralización de imágenes generadas por IA sin marcas de agua causó confusión, como la hiperrealista imagen del Papa Francisco con un moderno abrigo blanco creada por el programa Midjourney.
La utilización de contenido generado por IA en la política y en la medicina generó preocupaciones. Campañas utilizaron contenido generado por IA, mientras que médicos comenzaron a integrar la tecnología en sus diagnósticos, lo que subraya la necesidad de una regulación en este ámbito.
Temores y regulaciones de la IA
En marzo, empresarios y expertos del sector tecnológico pidieron la suspensión temporal de los sistemas de IA más avanzados, comparando su potencial impacto con pandemias o guerras.
La Unión Europea fue pionera al pactar, tras intensas negociaciones en diciembre, la primera Ley de Inteligencia Artificial en el mundo occidental. Esta regulación busca permitir o prohibir el uso de la tecnología en función del riesgo para las personas, al mismo tiempo que impulsa la industria europea en la competencia global.