Dos estudios simultáneos, publicados el 22 de septiembre en la prestigiosa revista Science y basados en observaciones del telescopio espacial James Webb (JWST), han revelado que el dióxido de carbono (CO₂) encontrado en la helada superficie de Europa, una de las lunas de Júpiter, proviene de un océano salado que se oculta bajo su capa de hielo.
Este descubrimiento ha abierto nuevas perspectivas sobre la posibilidad de vida en este lejano rincón del Sistema Solar y subraya la importancia de Europa en la búsqueda de vida extraterrestre.
Investigaciones previas habían identificado la presencia de CO₂ en la capa de hielo superficial de Europa, pero no habían logrado determinar si este gas había llegado allí como resultado del impacto de meteoritos u otras interacciones externas, o si era intrínseco a esta luna de Júpiter.
Los dos estudios revelados han llegado a la conclusión de que Europa alberga un océano de agua salada debajo de su cubierta de hielo y que el CO₂ en su superficie proviene de esta fuente interna.
Dado que el CO₂ es un gas esencial para la vida tal como la conocemos, estos hallazgos sugieren la posibilidad de que Europa pueda albergar condiciones propicias para la existencia de vida.
Confirmaciones en las investigaciones
En uno de los estudios, los astrónomos Samantha Trumbo de la Universidad Cornell y Michael Brown del Instituto Tecnológico de California observaron que el CO₂ presente en una de las regiones más jóvenes de la superficie de Europa se generaba en el océano bajo su capa de hielo y emergía a la superficie en un período geológicamente reciente.
En el otro estudio, dirigido por el astrónomo Gerónimo Villanueva del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la Nasa, los investigadores descartaron la posibilidad de que el CO₂ en la capa de hielo de Europa tuviera un origen externo, como impactos de meteoritos, y confirmaron que provenía del océano subterráneo.
Estos descubrimientos han elevado la importancia de Europa en la búsqueda de vida en el Sistema Solar. Según la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia (AAAS), Europa será una prioridad en futuras investigaciones, incluyendo la evaluación de la composición química del océano profundo de esta luna de Júpiter, incluyendo la abundancia de elementos biológicamente esenciales como el CO₂, lo cual será crucial para determinar su habitabilidad.