#En200Palabras:
Eran los tiempos del paso de la internet conmutada a la banda ancha. Era habitual que los jóvenes de la época nos conectáramos en la noche y accediéramos a MSN Messenger, antigua herramienta de mensajería instantánea de Windows.
Allí, en esas primeras configuraciones de nuevos espacios de encuentros virtuales, compartíamos con amigos y conocidos de una manera limitada en capacidad de envío y recepción de archivos. Luego evolucionó e integró otros componentes como las videollamadas.
Durante una noche cualquiera, entre aquellos molestos pero nostálgicos zumbidos y los diálogos a través de emoticonos, la herramienta activó la función para las conversaciones múltiples.
Mientras compartía, virtualmente, con mis amigos Lady Echeverri y Diego Londoño (no recuerdo de qué hablábamos), me dio por ingresar a la conversación a todas las personas de mi red que se encontraban conectadas. Lo mismo hicieron ellos.
Aunque para todos era extraño y no comprendían lo que pasaba (más o menos 50 personas), la reunión espontánea se extendió hasta altas horas de la noche con temas diversos.
Los futbolistas James Rodríguez y Jonathan Estrada y el gran maestro de ajedrez David Arenas, entre los participantes.
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“De esas conversaciones surgieron hasta noviazgos”, recuerda Diego.
Los encuentros se extendieron por un buen tiempo. Ya no importaba si era de noche o de día.