La historia que cambió mi visión del periodismo para siempre

Andrés Esteban Marín-Marín
Por Andrés Esteban Marín-Marín 2 lectura mínima

#En200Palabras:

Mis primeros pasos en el periodismo estuvieron marcados por un acontecimiento extraordinario. Aún con la inexperiencia de un estudiante y el anhelo de encontrar relatos para un programa de televisión local, el destino me llevó a encontrarme con Lucy Janeth López, una resiliente paratleta del corregimiento de Sevilla, en Ebéjico, Antioquia.

Lucy Janeth, antes jugadora de baloncesto, me contó sobre una caída que la dejó con una discapacidad permanente. Sin embargo, el tenis de mesa se cruzó en su camino, convirtiéndola en una de las mejores de Colombia en silla de ruedas.

La verdadera esencia de aquel encuentro llegó dos días, después de emitir la entrevista. Al caer la tarde, el viejo teléfono de cable sonó. Al otro lado estaba Lucy Janeth, desde la intimidad de un consultorio psicológico.

Entre palabras cargadas de emoción, compartimos reflexiones sobre la vida, los sueños truncados y las pasiones reencontradas. Esa conversación, inesperada, genuina y profunda, me reveló que el periodismo trasciende: tiene el poder de conectar almas y transformar vidas.

A pesar de que el viento del tiempo nos dispersó, un fortuito reencuentro en un reciente evento deportivo nos reunió. El abrazo que compartimos, cargado de emoción y gratitud, parecía no tener fin.

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Periodista, especialista en Gerencia de la Comunicación con Sistemas de Información, magíster en Comunicación, maestrando en Ciencia, Tecnología y Sociedad de la Universidad Nacional de Quilmes (Argentina), exárbitro de fútbol, Líder Catalizador de la Innovación y profe universitario.
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