#En200Palabras:
A través de un video publicado en las historias de una red social, donde un hongkonés me saludaba en un castellano balbuceado, mi gran amigo Diego Londoño, Dilo, recordó una anécdota particular.
En el Latinoamericano de Tenis de Mesa de Mayores, en 2006, algunas de las delegaciones tenían jugadores o entrenadores nacidos en China y los nacionalizaban. Era el caso de República Dominicana, que tenía a uno de los mejores tenismesistas del mundo.
Lo mismo pasaba con los argentinos. Liu Song se vestía de celeste. En aquel momento, apenas le enseñaban a hablar español. Con el tiempo, por su carisma, lo catalogaron como el atleta más querido en su país.
Allí, con él, su entrenador. No recuerdo su nombre, pero era casi idéntico al Señor Miyagi, maestro de la película y serie Karate Kid.
En compañía de Dilo, me le acerqué. La intención era entrevistarlo, aunque no sabía cómo abordarlo. Lo saludé y le pregunté en inglés, pero no prestó atención.
—“Hello. How are you?”. Le insistí.
—“Che, no te entiendo. ¿Qué quieres que te diga?”. Me responde con un acento argentino muy marcado.
Parecía un doblaje de película. De inmediato, Dilo y yo nos miramos y largamos la carcajada.
Con el permiso de mi gran amigo @DiegoLondo, comparto este video. 📹
👉🏽 Acá, el contexto de la historia: https://t.co/gQydvfo3bs pic.twitter.com/zXwj8noWMU— Andrés Esteban Marín (@anesma) March 16, 2022