Fundamentos para la gestión del conocimiento en la educación

Andrés Esteban Marín-Marín
Por Andrés Esteban Marín-Marín 8 lectura mínima

Es habitual escuchar a los docentes hablar con propiedad de la gestión del conocimiento y de la importancia de transferir los saberes a los estudiantes. No obstante, este concepto va más allá de simplemente compartir contenidos.

Este texto trata sobre los elementos fundamentales para la gestión del conocimiento en las instituciones de educación superior, en el cual se aborda la temática desde los inicios conceptuales, las necesidades sociales, la evolución de la comunicación y los retos que afrontan los docentes al transferir acertadamente el conocimiento.

El concepto de conocimiento

La gestión del conocimiento está estrechamente relacionada con los cambios permanentes que vive la sociedad, desde el trato de la información y de la evolución en el modelo de comunicación.

“Todo conocimiento tiene su ciclo de vida, al igual que todo producto o todo servicio. La gestión del conocimiento ha evolucionado” (Galvis, 2012).

Pero, ¿qué es el conocimiento? Para la Fundación General de la Universidad de La Laguna (2017), es el conjunto de “hechos o información adquiridos por una o varias personas, a través de la experiencia, la educación, la compresión teoría o práctica de un asunto”.

Existen diversas maneras para categorizar el conocimiento, lo cual depende de la manera para procesa la información y de la organización y del contexto de grupos sociales. Esto se evidencia en Castillero Mimenza (s.f.), quien describe como principales catorce tipos de conocimiento.

Sin embargo, para Arias (s.f.), son cuatro los tipos de conocimiento de mayor relevancia: la empírica, la religiosa o teológica, la filosófica y la científica.

  • La empírica: se basa en la experiencia personal, desde la observación no investigativa, los hábitos, la cotidianidad y las costumbres.
  • La religiosa: antepone la fe a la razón y, por ende, nace de las creencias tanto personales como colectivas.
  • La filosófica: explica desde la razón, “la introspección y la reflexión sobre la realidad” (Castillero Mimenza, s.f.).
  • La científica: “se realiza un análisis crítico de la realidad a partir de la comprobación (experimental o no) para poder originar conclusiones válidas” (Castillero Mimenza, s.f.).

No obstante, para referirse a los contextos sociales y académicos, estos cuatro tipos de conocimiento deben relacionarse con otras dos formas: la directa y la indirecta. La primera hace mención del acercamiento inmediato a través de los sentidos. Mientras la segunda es lo contrario a la anterior: sin presencia de estímulos.

La gestión del conocimiento y sus generaciones

Existen diversas definiciones del concepto de gestión del conocimiento, el cual proviene desde la década de 1960 como necesidad de las empresas para administrar las materias primas. Sin embargo, es en la década de 1990 que se popularizó con Davenport (1994).

Y es, precisamente, el Ministerio de Educación de Colombia (2015) que menciona a Davenport para explicar dicho concepto, “la gestión del conocimiento es el proceso de captura, distribución y uso efectivo del conocimiento dentro de una organización”.

No obstante, existen combinaciones de conocimiento implícito y explícito para crear las bases del proceso, a partir de los antecedentes, los hechos y las hipótesis. Asimismo, la investigación hace parte de la universalidad de la gestión del conocimiento.

Esto puede identificarse desde las cuatro generaciones de la gestión del conocimiento que establece Galvis (2012), al mencionar que la primera “se centró en documentar el conocimiento, con el apoyo de la tecnología, especialmente la gestión documental, la gestión de información y, muy claramente, la gestión de contenidos”.

Por su parte, segunda generación hace referencia a procesos de comunicación. Este momento generó un impacto significativo al permitir que “el conocimiento se difunda en la organización. Los medios de comunicación son importantes” (Galvis, 2012).

La tercera generación para Galvis (2012) es que las empresas generen y apliquen conocimiento. Como él mismo lo explica, “hacer conciencia de la aplicación del conocimiento, no solo en una persona sino en toda la organización. La innovación aparece y también la gestión en la continuidad del conocimiento” (Galvis, 2012).

Mientras tanto, la cuarta es la de la sabiduría empresaria. Galvis (2012) comenta que las empresas ya son conscientes, “no solo del conocimiento y su aplicación, sino del aprendizaje y de la inteligencia”.

La gestión del conocimiento en la educación

Para comprender la gestión del conocimiento en las instituciones de educación superior, no solo es necesario mencionar lo anterior, sino que es fundamental reconocer cuatro momentos para que se configure, exitosamente, un proceso de interacción entre el docente, los estudiantes y la comunidad, a través de la información, la experiencia y el contexto:

  1. Creación de nuevo conocimiento: momento que hace referencia a la experiencia personal y a la aplicación y a las vivencias de problemas reales.
  2. Almacenamiento: no es necesario categorizar o jerarquizar, puesto que el conocimiento está en todas partes y no en un solo sitio.
  3. Uso y apropiación: optimización de los procesos, concepto de innovación y perfeccionamiento en los procedimientos. Investigación permanente y participación del docente y del estudiante, a través de espacios y oportunidades para la divulgación.
  4. Transferencia: un hecho social de manera formal e informal. Esto se evidencia con la ejecución de las prácticas empresariales de los estudiantes.

A modo de conclusión

La gestión del conocimiento no solo es compartir información, se trata de un conjunto articulado que permite crear, almacenar y transferir saberes acordes a las situaciones que viven los estudiantes, con el propósito que se conviertan en herramientas de valor.

Asimismo, que los estudiantes tengan la capacidad de usarlos y de apropiarse de los contenidos para generar interacciones positivas, que contribuyan a las transformaciones sociales, desde el análisis crítico y la argumentación permanente en la reconfiguración de su entorno.

Referencias

  • Arias, E. (s.f.). Diferenciador. Recuperado el 20 de noviembre de 2019, de Conocimiento empírico, científico, filosófico y teológico: https://www.diferenciador.com/conocimiento-empirico-cientifico-filosofico-teologico/
  • Castillero Mimenza, O. (s.f.). Psicología y Mente. Recuperado el 19 de noviembre de 2019, de Los 14 tipos de conocimiento: ¿cuáles son?: https://psicologiaymente.com/miscelanea/tipos-de-conocimiento
  • Fundación General de la Universidad de La Laguna. (2017). Gestión del conocimiento. Santa Cruz de Tenerife, España. Recuperado el 20 de noviembre de 2019, de https://www.youtube.com/watch?v=d9_lL1rukBY
  • Galvis, L. O. (2012). La gestión del conocimiento, clave para las empresas. Recuperado el 18 de noviembre de 2019, de Negocios en tu mundo: https://www.youtube.com/watch?v=g_paZEL3Ojc
  • Ministerio de Educación de Colombia. (2015). Mineducación. Recuperado el 21 de noviembre de 2019, de Gestión del Conocimiento en las IES: https://www.mineducacion.gov.co/1759/articles-324587_archivo_pdf_4_Gestion_Conocimiento_MEN.pdf
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Periodista, especialista en Gerencia de la Comunicación con Sistemas de Información, magíster en Comunicación, maestrando en Ciencia, Tecnología y Sociedad de la Universidad Nacional de Quilmes (Argentina), exárbitro de fútbol, Líder Catalizador de la Innovación y profe universitario.
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