#En200Palabras:
Corría 2008 y la red era un universo en expansión, un Big Bang digital que transformaba nuestra manera de comunicarnos. Facebook y YouTube crecían como gigantes, mientras Hi5 y MySpace eran las plazas donde la juventud se encontraba. MSN seguía vibrando con sus zumbidos, pequeños latidos digitales que anunciaban nuestra presencia en el ciberespacio.
En ese torbellino tecnológico, Acord Antioquia abrió sus puertas a un encuentro académico donde tuve el privilegio de compartir mi experiencia en el periodismo digital. Había navegado en aguas inexploradas: como corresponsal de Terra Colombia, cubrí conciertos, elecciones, orden público y etapas de la Vuelta a Colombia, explorando el video en línea con TerraTV, en una época donde la estabilidad y fluidez eran aún un desafío.
En el DIM, participé en las primeras transmisiones en streaming (solo audio), primero con Real Audio, luego con Ustream, cuando la conectividad era precaria. Y en el Panamericano de Ajedrez de la Juventud 2007, desde la jefatura de prensa, implementamos herramientas digitales para conectar el certamen con todo el continente.
Hoy, muchos años después, la transformación digital es arrolladora. Miramos atrás y comprendemos que no solo adoptamos la tecnología: la esculpimos y, en el proceso, nos convertimos en arquitectos de una nueva era.
Artículo relacionado: Entre zumbidos y emoticonos, el inicio de todo