Para justificar la importancia del conocimiento tácito en los procesos de innovación es necesario mencionar la coexistencia con el conocimiento explícito. Ambos tipos son fundamentales para el cambio organizacional, pero parten de los procesos de creación de conocimiento de los individuos.
Como lo comentan Nonaka y Takeuchi (1995) al citar un texto de Polanyi (1966), el conocimiento explícito es aquel que se encuentra en los manuales y procedimientos, mientras que el tácito es el que se aprende mediante las experiencias.
Es decir, el explícito “es aquel que puede trasmitirse utilizando el lenguaje formal y sistemático” (p. 65) y el conocimiento tácito “es personal y de contexto específico y, así, difícil de formalizar y comunicar” (p. 65).
Por su parte, la sumatoria de experiencias y la constante práctica de los individuos permiten adquirir conocimiento tácito, el cual, como lo exponen Nonaka y Takeuchi, (1995), cuenta con dos factores que la componente: la variedad y el conocimiento de la experiencia.
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El primero está relacionado con la rutina de cada persona. Ese conocimiento obtenido de actividades monótonas y repetitivas, pero que tiende a disminuir con el tiempo. El segundo cuenta con la determinación de la calidad del conocimiento, a través de un profundo compromiso individual con las experiencias.
El argumento de Polanyi acerca de la importancia que tiene el conocimiento tácito para el entendimiento humano, es equiparable con el argumento central de la psicología de la Gestalt, el cual señala que la percepción se determina de acuerdo con la forma en que se integra al patrón total. (Nonaka y Takeuchi, 1995, p. 65)
Es así como Polanyi trata, según lo señalan Nonaka y Takeuchi (1995), el conocimiento tácito desde un enfoque filosófico, pero con líneas características de la práctica.
El autor “sostiene que los seres humanos adquieren conocimiento creando y organizando activamente sus propias experiencias” (p. 65).
Percepciones y subjetividad
Elementos cognoscitivos y técnicos hacen parte del conocimiento tácito. Nonaka y Takeuchi (1995) relacionan la existencia de modelos mentales, donde los seres humanos establecen esquemas, tienen perspectivas, crean puntos de vista que “ayudan a los individuos a percibir y a definir su mundo” (p. 66).
Es por esto por lo que López (1998) manifiesta que “el carácter tácito de la innovación también refuerza la importancia de la firma como vector principal del proceso de cambio tecnológico” (p. 12).
Por lo tanto, la importancia del conocimiento tácito en los procesos de innovación y cambio organizacional está determinado por la experiencia, con situaciones prácticas del presente.
La subjetividad permite percibir un contexto específico, desde elementos particulares que enriquecen a los procesos de innovación de la empresa. Esto conlleva al cruce de interacciones entre conocimientos, los cuales permiten socializar, exteriorizar, interiorizar y combinar (cuatro formas de conversión) los saberes.
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El compartir experiencias, modelos mentales y habilidades técnicas, el observar e imitar las prácticas y el aprender haciendo, son importantes para ese cruce de interacciones ligadas al conocimiento tácito, el cual “puede convertirse en explícito, lo que conlleva a cambios organizacionales y constituye la clave de su éxito” (Nonaka y Takeuchi, 1995, p. 56).
Es un proceso esencial de creación de conocimiento en el que el conocimiento tácito se vuelve explícito y adopta la forma de metáforas, analogías, conceptos, hipótesis o modelos (…). En un modelo lógico no debe haber contradicciones y todos los conceptos y las proposiciones deben expresarse usando un lenguaje sistemático y una lógica coherente. (Nonaka y Takeuchi, 1995, p. 76)
Capacidad de apropiación
Lo anterior se relaciona con la existencia de activos o bienes complementarios en los procesos de innovación en las organizaciones, los cuales si no son bien gestionados o administrados pueden modificar las capacidades de uso y apropiación de la tecnología.
Una de esas dificultades reiterativas es en la medición de los “activos intangibles, tales como el conocimiento organizacional al nivel de la firma o la circulación de conocimiento dentro de la firma y con su entorno” (Gutti, 2008, p. 21).
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Otro elemento que podría ocasionar dificultades, como lo manifiesta Gutti, (2008), está relacionado con:
El estudio de la microeconomía del cambio tecnológico y la entrada a un nuevo paradigma productivo instalan al conocimiento como la característica distintiva de esta nueva etapa, rompiendo con la relación lineal entre capital y conocimiento y distinguiendo a este último como la fuente de valor que permite la generación de activos estratégicos propios de la firma. (p 11).
Referencias
- Gutti, P. (2008). Características del proceso de absorción tecnológica de las empresas con baja inversión en I+D: un análisis de la industria manufacturera argentina. Los Polvorines, Provincia de Buenos Aires: Universidad Nacional de General Sarmiento.
- López, A. (1998). La reciente literatura sobre la economía del cambio tecnológico y la innovación: una guía temática. Revista de Industria y Desarrollo, 1-48.
- Nonaka, I., y Takeuchi, H. (1995). La organización creadora de conocimiento. Cómo las compañías japonesas crean la dinámica de la innovación. México: Oxford México.
