En el libro Periodismo deportivo: entre líneas, voces e imágenes (ISBN 978-958-46-1512-1) publicado en 2012 y escrito por los periodistas y docentes universitarios Jhon Jaime Osorio, Davis Zapata Correa y Amado Hernández Gaviria, se recopilan, por medio de entrevistas y diálogos, diversas experiencias de destacados comunicadores deportivos del país y de América Latina. Allí se exponen conceptos teóricos y prácticos propios de la riqueza del conocimiento tácito.
Entre las páginas 130 y 134, me describen de la siguiente manera:
«El cuarto en el que duerme es la réplica de una estación espacial: monitores, antenas, amplificadores, reguladores de energía, aparatos de codificación, bafles, teclados, laptops, CPUs, pantallas… Cualquiera podría confundirse en este laboratorio casero de la comunicación. Sin embargo, allí nada es casual (…).
Para lograr este estatus, se formó como periodista en la Universidad de Antioquia e hizo algunos pinitos de Ingeniería Eléctrica en la Universidad Nacional de Colombia. Tanta robótica también tiene piel. Marín incursionó en el deporte, entre otras cosas como árbitro de fútbol, lo cual le recordó qué tan humano puede ser (…)».
Con el permiso de los autores, comparto un fragmento del diálogo establecido hace diez años sobre la comunicación digital, en el cual expreso conceptos vigentes, esos que se observaron por dinámicas generadas de la pandemia del Covid-19. Aunque es bueno aclarar que las épocas y las realidades son diferentes: en ese momento, me refería a la importancia de la convergencia, ahora destaco que la divergencia es un factor de libertad para la democratización de la red. También era cuando Twitter solo permitía escribir en 140 caracteres.
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Fragmento
«La comunicación y el periodismo deportivo, al igual que los deportes, se encuentran en un momento de transformación. Es claro que está pasando de los formatos análogos a los digitales. También las miradas, los enfoques y los pensamientos se encuentran en transición.
Un ejemplo de lo postulado es el replanteamiento teórico desde las tecnologías de la información. El teórico canadiense Marshall McLuhan esbozó, en la década del sesenta, el concepto de la “Aldea global”, desde el análisis de la televisión del momento como medio electrónico. Ahora se plantean otras teorías como la de los Nodos de Información, la cual establece la necesidad de la creación de red y centros de interés que se interrelacionan en múltiples vías (interacción y retroalimentación). Por esta razón, podemos decir que desde hace un buen tiempo estamos pensando en códigos binarios, es decir, vivimos en un mundo que migra de lo análogo a lo digital.
Así, pues, la velocidad de la información ha permitido que en la red se integren nuevas herramientas, lo que ha posibilitado que Internet sea un medio de convergencia y de aprovechamiento.
Precisamente, es con la velocidad de la “Superautopista de la información”, como se le denominó a la Internet en la década del noventa, que han cambiado los hábitos y la manera de ver el mundo. Las transformaciones de los medios de comunicación deportivos se han evidenciado con las estrategias para la presencia en la red y con los desarrollos de aplicativos para la accesibilidad.
Por estas razones, y teniendo en cuenta los ritmos de la sociedad actual que nos enfrentan a nuevos problemas y, por ende, la búsqueda constante para satisfacer las necesidades informativas, se deben pensar los contenidos digitales desde la planeación rigurosa (claro, teniendo presente el objetivo de la estrategia), la usabilidad y la convergencia de las plataformas (en el uso desde diferentes dispositivos).
También desde el levantamiento de la información en múltiples formatos (video, audio, texto, imagen, infografía y georreferencia, entre otros), que permitan el complemento del mensaje y la interacción con los públicos (mensajería instantánea, videoconferencias, redes sociales y correo electrónico, entro otros).
Desde la experiencia puedo afirmar que se debe contar con una metodología orientada desde el pensamiento integral, abierta y dispuesta al cambio y que se entienda la tecnología como la posibilidad de llegar a los públicos objetivos con eficacia y eficiencia.
Claro, desde la planeación de estrategias y actividades que permitan la interactividad de esos públicos y la retroalimentación permanente, base de la teoría de los Nodos de Información, anteriormente referenciada.
La medición es uno de los elementos primordiales para el aprovechamiento de los contenidos digitales. Es necesario utilizar herramientas que nos permiten analizar y mirar las tendencias de nuestros públicos, que se cumpla el ciclo de la comunicación. Esto es lo que permite mejorar y enfocar los contenidos futuros para un mayor impacto.
Estamos en transición. Estamos dejando a un lado los artefactos análogos para implementar nuevas tecnologías de la información, las cuales están permitiendo un acercamiento a la optimización de lo digital al servicio del deporte, pero todavía falta. Necesitamos pensar en una convergencia y en la importancia de construir estrategias para las nuevas generaciones. Las personas tienen otro tipo de lecturas: también se pasó de concentrarnos en una sola actividad a estar en el día a día con múltiples tareas, lo que hace que nuestro cerebro esté concentrado en diversas acciones al mismo tiempo.
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Con relación a los medios de comunicación deportivos el panorama es igual. No hemos aprovechado al máximo las herramientas tecnológicas para acercarnos a los públicos. Aunque existen intentos de generar contenidos interactivos y multimediales, todavía no logramos satisfacer las necesidades de los amantes deportivos.
Algunos ejemplos son las redes sociales y la implementación de estaciones de radio en la internet. No aprovechamos todos los recursos y nos quedamos realizando lo mismo que en medios tradicionales: no escuchamos, no interactuamos y no creamos contenidos a la medida.
Sólo nos limitamos a publicar en redes sociales, como Facebook y Twitter, contenidos sin mensajes de interés o transmitir “minuto a minuto” eventos y partidos, a modo de frases en 140 caracteres. No es que esto esté mal, solo que olvidamos interactuar y escuchar a los públicos, lo cual es la esencia de la web social.
Otro de los errores que no permite el aprovechamiento de la red es la no creación de contenidos a la carta, que los seguidores puedan elegir elementos que le permitan participar.
Sin embargo, existen conceptos que se han implementado positivamente: transmisiones de televisión con participación a través de las redes sociales, implementación de blogs con la posibilidad de comentar, y audio y video en vivo de eventos deportivos, independientemente de la señal de televisión.
Para el aprovechamiento
Quien esté al frente de la elaboración de contenidos digitales deportivos debe de ser un estratega. Alguien que tenga el conocimiento del concepto de usabilidad y un panorama amplio del flujo de información en las publicaciones en la web. También con el conocimiento deportivo, claro está.
También, sin duda alguna, que posea el conocimiento en la construcción de planes de comunicación digital, que permita alcanzar los objetivos de las compañías. Asimismo que cuente con capacidad de implementarlo, mantenerlo y medir sus resultados.
Sin embargo, es importante que conozca y entienda los implementos de su trabajo, pues la optimización de recurso es necesaria para aprovecharlos al máximo. Conocimiento en software, aplicativos, equipos y demás elementos que garanticen llegar a las metas. Debe ser una persona integral, con conocimientos amplios tanto teóricos como técnicos (…) pero sin olvidar que interactúa con comunidades que son apasionadas por una disciplina deportiva.
En mi caso, debo de entender las publicaciones digitales como una oportunidad de interactuar y conocer a nuestros seguidores. Contenidos que permitan retroalimentación y socialización permanente para la construcción colectiva de políticas de la tecnología de la información.
Por esta razón, debo de generar una matriz que me permita analizar el comportamiento de los lectores digitales, desde sus intereses informativos y de consumo en la red. Esto permitirá entregarles contenidos enriquecidos, de acuerdo con su necesidad o utilidad».