La Verdad vs. La Posverdad, un juego de realidades dinámicas

Producción sonora.

Andrés Esteban Marín-Marín
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  • Por Andrés Esteban Marín Marín, Amado Hernández Gaviria y Diego Londoño Galeano

La Verdad vs. La Posverdad es un juego que enfrenta conceptualmente a dos clásicos rivales. Es una confrontación que permite mirar de una manera crítica el pasado, presente y futuro de la comunicación, pero, también, de una sociedad encausada por realidades dinámicas. Lo importante no es lo que yo diga, sino lo que interpreta el otro.

Por lo tanto, son diversas las maneras de percibir una realidad, la cual conlleva a múltiples visiones. El periodismo deportivo no es ajeno a esto y, siempre, es vulnerable a las distorsiones, a las manipulaciones y a la desinformación que se escenifica en los medios sociales, tal vez por asuntos políticos, culturales, ideológicos o económicos.

Aunque no es de ahora, la pandemia generada por el Covid-19 retó, aún más, a la ciencia y a la tecnología en su propósito de buscar un bien común. Una necesidad del ser humano para enfrentar sus realidades, en un juego que es complejo, con rivalidades históricas y con tácticas implementadas por intereses de actores de las diferentes esferas sociales.

En la era de la monopolización, saturación y acumulación de información digital, la emoción y la razón hacen parte de este juego. Dos jugadores amigos, pero rivales al mismo tiempo. En la mayoría de los casos, las decisiones inician por los sentimientos. La emoción supera a los hechos. La cancha es el escenario donde crecen las brechas entre la falsedad y la veracidad. Es la transformación de las percepciones en emociones colectivas. Por esta razón, la complejidad para identificar la exactitud de los sucesos.

La certeza a veces engaña y se debe dudar. La información compartida en las redes sociales no es neutral. Y los algoritmos son un conjunto de operaciones que agrupa a quienes piensan igual. Quienes opinan diferentes son vistos como enemigos. Es dar por cierto las creencias y pensamientos, lo demás es mentira. Es la normalización de las realidades.

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En la conceptualización de la comunicación se habla de la veracidad, del contraste de las fuentes y de la ética como principios fundamentales, pero en las dinámicas actuales se observa un afán de que la información sea viral en las redes sociales y genere tráfico web. Lo que es tendencia es tratado como verdadero, independientemente si se trata de posverdad. Las publicaciones científicas son atacadas y aquellas que no corresponden a ninguna realidad son compartidas y comentadas: dadas por verdaderas.

Sin embargo, esa necesidad de viralizar y posicionar un contenido falso o distorsionado de la realidad siempre tiene una finalidad. Esa es la realmente importante, la intención de quien lo hace, por qué y para qué.

Entonces, ¿quiénes tienen la verdad? Es una duda desde el mismo génesis de la filosofía, la cual sigue presente en nuestros días. La verdad también fragmenta a la sociedad. Y…, ¿qué es la posverdad? No solo es crear, creer o compartir noticias falsas, es algo que va más allá. En esta confrontación se tratará de explicar, aunque por momentos sean indistinguibles.

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Periodista, especialista en Gerencia de la Comunicación con Sistemas de Información, magíster en Comunicación, maestrando en Ciencia, Tecnología y Sociedad de la Universidad Nacional de Quilmes (Argentina), exárbitro de fútbol, Líder Catalizador de la Innovación y profe universitario.
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