Pospandemia: áreas estratégicas y vacantes de la ciencia y la tecnología

Ciencia, Tecnología y Sociedad.

Andrés Esteban Marín-Marín
Por Andrés Esteban Marín-Marín 10 lectura mínima
  • Diez sectores que dan respuestas a las nuevas demandas sociales y productivas

Durante el tiempo de confinamiento por el Covid-19, en los países de América Latina son diversas las necesidades que se han evidenciado, en su gran mayoría problemáticas sociales.

Esto lleva a interrogantes por el futuro, desde diferentes áreas del conocimiento. Aunque todas son importantes para la democratización del conocimiento, unas se pueden consideradas estratégicas y relevantes, observadas desde las oportunidades sociales y productivas.

El uso y apropiación de las tecnologías de la información, el desarrollo de la nanotecnología y la preocupación por el medio ambiente, “está transformando la producción en casi todos los sectores” (OEI, 2012)*.

Las áreas estratégicas de la ciencia y la tecnología que aportarán a la demanda social y de producción:

1. La biotecnología

Sin duda alguna, sus bases están en la biología, la medicina, la ingeniería y la química. El mayor reto está en los temas relacionados con la salud.

Garantizar a la población la vacuna contra el Covid-19 y el tratamiento de otras nuevas enfermedades como un derecho universal.

Acá, también, se puede ubicar esos desarrollos y avances en la producción de alimentos y vestuario, que se traducen en mejorar la calidad de vida.

2. Biodiversidad

Durante las primeras semanas de confinamiento obligatorio decretado por la mayoría de los gobiernos de la región, la notoriedad en la mejora en la calidad del aire y de las aguas fue tratada por los especialistas, tal vez porque las fábricas estaban cerradas o por los pocos autos contaminantes rodando en las calles.

El cuidado de la biodiversidad se ha constituido en un tema de interés masivo. La intervención de biólogos, agrónomos, geólogos, economistas, planificadores, entre otros, se requiere para aconsejar y sugerir medidas que eviten riesgos a la biodiversidad…” (OEI, 2012).

Asimismo, por la preocupación para enfrentar problemáticas como la de la minería en pueblos de tradición agrícola, la deforestación de la Amazonia y la contaminación de las fuentes hídricas, entre otras.

Por tanto, la reforestación y el cuidado de los recursos hídricos se convierten en prioridad para salvaguardar la vida, en cualquiera de sus formas.

3. Sostenibilidad

La sostenibilidad tiene que ver mucho con la biodiversidad y el medio ambiente. A medida que se mejore las condiciones de hábitat, se aporta a un bienestar colectivo.

Cuando se menciona el concepto de hábitat, se hace referencia directa a la gestión y control territorial, lo cual conlleva a la utilización y preservación de recursos no renovables.

Retos permanentes en pospandemia, desde esta área: garantizar que el agua potable llegue a cada hogar (sin importar la distancia), implementar en empresas y fábricas nuevas formas de energía y promover el uso de nuevos autos con fuentes no contaminantes.

4. Alimentos y agricultura

Es fundamental para garantizar la cadena de abastecimiento.

El campo y la agricultura, así como el transporte y el almacenamiento, son sectores que deberán innovar no solo en los productos sino en los procesos, con el fin de optimizar los recursos existentes.

5. Tecnologías de la información

Cada vez, los ciudadanos se apropian más de las herramientas tecnológicas. Su utilización la integran a la vida cotidiana para el bienestar.

No obstante, en los países en desarrollo, “esa informatización de la sociedad no se ha producido de forma igualitaria” (OEI, 2012).

Durante la pandemia se evidenció la desigualdad en acceso a la información.

Uno de los puntos críticos se trató de la falta de infraestructura tecnológica que garantiza la conectividad, tanto en zonas urbanas como rurales.

La educación virtual, el teletrabajo y el entretenimiento están soportadas en dicha área estratégica.

6. Minería de datos e inteligencia artificial (IA)

Hasta hace poco resultaba más simple distinguir entre los conceptos de interactividad e interacción, para identificar los tipos de comunicación que se establecen en los seres vivos, los artefactos tecnológicos y las mediaciones a través de las herramientas digitales. Ahora existe un hilo muy delgado.

La relación entre el lenguaje de las máquinas y el del ser humano cada vez es más estrecha.

Es posible que, desde hace varios años y sin darnos cuenta, estemos “conversado” con dispositivos integrados a la cotidianidad, los cuales parecen conocen los gustos y preferencias de principio a fin.

El análisis de los datos aplicados al mundo de la inteligencia artificial posibilita la resolución de problemas. Diagnosticar es el primer paso para la planeación estratégica que lleva la representación del conocimiento.

7. Privacidad y seguridad

Aunque existan políticas nacionales e internacionales para que los datos de los ciudadanos estén protegidos (relativamente es algo nuevo), la seguridad inquieta tanto a las personas como a las organizaciones.

La vulnerabilidad es permanente.

¿Qué información se entrega al descargar o actualizar una aplicación digital? Es un interrogante por el que nunca nos preguntamos. Cedemos datos para poderla utilizar.

Durante la pandemia del Covid-19, gobiernos de la región implementaron herramientas digitales para la recolección de datos personales que ayudaran a la toma de decisiones.

Asimismo, la seguridad en las transacciones virtuales deberá garantizarse.

Una buena experiencia de usuario (UX) es el reto para la venta y compra de productos y servicios por medio de plataformas digitales.

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8. Comunicación y alfabetización de la ciencia

Una de las falencias observadas durante la pandemia es la carencia de alfabetización de la ciencia.

Los ciudadanos criticaban o ponían en duda los reportes de los avances científicos y con justa razón. No eran socializados correctamente.

A menudo se confundían (todavía) los conceptos de difusión, divulgación y comunicación. Esa línea gruesa entre el lenguaje técnico y el coloquial.

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El reto radica en democratizar el conocimiento, a través de una correcta comunicación de la ciencia, basada en experiencias compartidas, en ejemplos concretos y en situaciones específicas y de contexto (Simanauskas, 2020).

Para tal fin, la creación de laboratorios de comunicación permitirá la experimentación de nuevas narrativas en organizaciones y universidades.

9. Educación e investigación

El área académica no solo es estratégica, también es el pilar que soporta a las otras. Docentes e investigadores deberán liderar, más que nunca, proyectos que obedezcan a las necesidades prioritarias de la ciudadanía.

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Igualmente, con el propósito de mantener a la ciencia activa y evolucionando, al margen de cualquier manipulación política o de intereses que afecten a las otras áreas.

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10. Economía solidaria y reindustrialización

La sociedad afrontará pérdidas de empleo (está sucediendo). La crisis económica es inminente.

La recesión hará que muchos profesionales estén cesantes y buscando alguna oportunidad laboral. Nuevas formas productivas estarán reapareciendo, según las necesidades individuales y colectivas.

Dagnino (2020) manifiesta que esto llevará a la concepción de “Nuevos pobres”, por lo que propone implementar un modelo de economía solidaria.

La reindustrialización deberá entenderse desde la conversión solidaria, concepto al que hace referencia Dagnino (2020) para explicar la reestructuración urgente del uso de la propiedad y la compra pública.

“La ciencia y tecnología debe ser orientada hacia la adecuación sociotécnica de la tecnociencia capitalista a una tecnociencia solidaria” (Dagnino, 2020).

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Sin embargo, Dagnino señala que el modelo de economía solidaría deberá efectuarse a través de la articulación de políticas públicas, desde los contextos específicos de la pospandemia de cada país de América Latina (no se recomienda copiar los modelos ni manuales de los Estado poderosos).

*OEI: Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura.

Bibliografía

  • Howlett, M. (2009). Governance modes, policy regimes and operational plans: A multi-level nested model of policy instrument choice and policy design. Springer Science+Business, 18.
  • OEI. (2012). Ciencia, tecnología e innovación para el desarrollo y la cohesión social. Madrid: Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura.
  • Simanauskas, T. (2020). Democratización del Conocimiento. Recuperado el 6 de agosto de 2020, de Youtube: https://youtu.be/Gux9dRDJoc4
  • Dagnino, R. (2020). Seminario Ciencia, Tecnología y Desarrollo en tiempos de Covid-19. Recuperado el 5 de agosto de 2020, de Youtube: https://youtu.be/wDWMLazs3I8
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Periodista, especialista en Gerencia de la Comunicación con Sistemas de Información, magíster en Comunicación, maestrando en Ciencia, Tecnología y Sociedad de la Universidad Nacional de Quilmes (Argentina), exárbitro de fútbol, Líder Catalizador de la Innovación y profe universitario.
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